viernes, 20 de enero de 2012

Laura era una niña de 12 años que vivía con su padre, Antonio, su madre, Concha y su abuela Adela. Laura, tenía la gran suerte de que podía vivir en dos casas, una estaba en la gran ciudad, en la que solía vivir durante el invierno; pero cuando llegaba el verano se iba a su gran casa en la montaña. A Laura le encantaba ir todos los veranos allí, porque había un pequeño bosque al lado, donde jugaba con todos los animales que se encontraba. Lo único que no le gustaba era que allí vivía la hermana de su abuela, Pepa, la cual siempre estaba de muy mal humor y no dejaba hacer nada de lo que le divertía a Laura.

Como todos los años, el 20 de junio Laura terminó las clases, y así comenzaba su verano. Totalmente ilusionada Laura fue a casa corriendo para preparar su maleta y todo lo que quería llevarse a la casa de la montaña. Sus padres y su abuela también prepararon todo su equipaje. Cuando por fin estaba todos listos, se pusieron en marcha para ir a la sierra. Tras 3 horas larguísimas de viaje Laura y su familia llegaron a la casa de la montaña. Allí, les esperaba Pepa, que estaba en el jardín regando las plantas. Cuando les vio aparecer por la puerta, se adentro a la casa haciéndoles una señal para que ellos también entrasen dentro de la casa. Cuando estaban todos en el salón Pepa les echo la bronca por llegar tan tarde y sin avisarla. Concha le recordó que se lo había dicho hacia una semana, pero Pepa, tan orgullosa como siempre, ignoro el comentario y siguió diciéndoles que no había hecho nada para cenar y que la casa estaba sucísima, así que nos tocaría limpiarla durante los primeros días. Los cuatro asintieron sin rechista. Sabían que no podían discutir nada con Pepa porque ella siempre era la que llevaba razón.

A la mañana siguiente Laura se levanto bastante temprano, porque aun estaba acostumbrada al horario del colegio. Todos los años le pasaba lo mismo, al principio de verano se levantaba muy pronto, pero a medido que pasaban los días comenzaba a no madrugar tanto. Se vistió rápidamente y fue corriendo a desayunar, para poder irse lo antes posible al campo. Cuando estaba cogiendo unas galletas de la despensa, apareció su tía-abuela, Pepa, que la pregunto que a donde iba, y ella respondió que a jugar al bosque. Pero la abuela no la dejo salir, porque tenía que ayudar a limpiar la casa. Laura, a regañadientes, obedeció a Pepa. Cuando termino de desayunar, Laura se puso manos a la obra y comenzó a ayudar en la casa lo más rápido posible para poder irse pronto a jugar al bosque.

Después de estar todo un día limpiando, Adela estaba muy cansada y empezó a no encontrase bien. Decidieron descansar un poco y seguir al día siguiente. Pero Laura no fue al campo, decidió quedarse haciendo compañía a su abuela. A la mañana siguiente Adela seguía encontrándose mal, así que los padres de Laura decidieron volver a la ciudad con la abuela e ir al médico. Laura y Pepa se quedaron solas en la casa de la montaña. Idea que asustaba mucho a Laura porque su tía-abuela era muy antipática y se aburría muchísimo con ella. Y así sucedió, los padres de Laura no podían volver hasta que su abuela no se recuperase, así que estuvieron solas varios días, que se hicieron eternos para Laura. Su tía-abuela no la dejaba salir y se aburría mogollón, era tal el aburrimiento que comenzó ha hacer una colección de pelusas que iba encontrado por la casa… Algunas tan grandes como el puño de su manto…

Un día, que hacia muchísimo calor y Laura ya no sabía qué hacer para entretenerse, decidió escaparse… Al principio no estaba muy convencida… pues no estaba bien escaparse… pero también pensó que no era justo que su tía-abuela la tuviese encerrada todo el día en casa. Cuando consiguió escaparse de la casa sin que Pepa se diera cuenta. Echo a correr hacia el campo súper feliz, tal era la felicidad que cuando llego al campo siguió corriendo sin parar. Tras un buen rato corriendo, le empezó a entrar flato asique decidió parar, cuando paro y miro a su alrededor, se dio cuenta de que no sabía dónde estaba y empezó a preocuparse… camino de un lado para otro intentando recordar por donde había venido. Pero era imposible recordarlo, mirase donde mirase, todo le parecía igual. Pasaron las horas y pronto anocheció, así que decidió resguardarse entre unos árboles, y tan pronto como se acurruco en el suelo se quedo dormidita del cansancio.

Cuando despertó, se sorprendió, al ver que había aparecido en una cueva rodeada de siete perros. Nada más ver eso, se sobresalto y se levanto del suelo de un brinco. Cuando disponía a salir corriendo, escucho una voz que la dijo –No deberías salir, hoy hay una fuerte tormenta de verano. Al escuchar esto Laura se giro, pero no vio a nadie… solo a los perros. Lo que la asusto aun más. Por un momento llego a pensar que seguía soñando, pero no era asi. Asustada pregunto quien había dicho eso, y sucedio algo que jamas olvidaria. Uno de los perros comenzo a HABLARLA!!!! Laura seguia sin creerselo, sin dejar que el perro acabase de hablar, les pregunto que cómo podian hablar si eran unos perros. Uno de ellos, la interrumpio y la dijo que no eran perros, eran los lobos de la montaña y que ellos no sabían porque podian hablar, pero que si podian, seguramente fuese por la diosa de las montañas.

Laura, no se creia lo que estaba viendo, pero estaba perdida sin saber a donde ir y no sabia si su tía-abuela la dejaria entrar a casa de nuevo, además no parecia que fueran a hacerla nada malo, porque si no ya lo hubieran hecho. Ella les conto lo que le habia pasado y como habia llegado hasta donde la encontraron, y dijo que no querria volver hasta que sus padres regresaran con su abuela. Los lobos, muy comprensivos, entendieron la situación de Laura y la dejaron quedarse con ellos, a cambio ella tendria que cuidar de las crias mientras los mayores salian a cazar. Laura paso alli las dos siguientes semanas, jugaba con las crias, hablaba con el jefe de la manada, era un lobo muy mayor y muy sabio, que le contaba muchas historias.

Cuando pasaron dos semana, una tarde muy calurosa, los lobos llegaron corriendo y asustados. Al parecer había muchisimos cazadores por el bosque cazando a todos los animales que se encontraban. Al parecer los cazadores, eran hombres del pueblo que estaban buscando a Laura. De repente un cazador se asomo y vio como la niña estaba hablando con los lobos. Al verla la grito que se tranquilizase que la salvarian de esas bestias, pero Laura grito que no hicieran nada que los lobos eran sus amigos. Pero el cazador no hizo caso y llamo a los demás cazadores para que le ayudasen a matar a los lobos y salvar a la niña.

Laura debia salvar a los lobos, asique les ayudo a escapar y les dijo que huyeran muy lejos para que no les encontrasen, que ella entretendria a los cazadores. Y asi hizo y sus siete nuevos amigos lobos pudieron salvarse.

Los cazadores llevaron a Laura a su cada, donde la esperaba sus padres, su abuela y su tía- abuela, los cuales la regañaron un monton. Pero ella estaba tan feliz por haber conocido a sus amigos los lobos que no la importaba.

Seria una experiencia que jamas olvidaria.!

1 comentario: